La anciana, ataviada con un abrigo largo y un fular alrededor del cuello, para tapar las arrugas de su piel, le preguntó al muchacho que se detuvo junto a ella en la parada del autobús:
-Joven ¿qué necesito para ser una princesa?
El chico miró a la extraña sorprendido, y se encontró frente a unos ojos claros, diminutos, y una nariz chata, centrando el paisaje de dos mejillas encendidas...
Él no respondió.
-¿Necesito un castillo?-aventuró la mujer.
Él no respondió.
-¿Necesito un príncipe?-insistió ella.
Él no respondió.
-¿Necesito un tesoro?
Él no respondió. No sabía qué responder.
Los ojos de la mujer se empañaron. En ese instante, el joven tan solo vio sus ojos...
-No necesita nada de eso-terminó diciendo el muchacho-Un castillo lo puede comprar con dinero, un tesoro son sus ojos, y su príncipe podría serlo incluso yo... Lo que necesita para ser una princesa... es volver a sentirse como una niña...
sábado, 22 de noviembre de 2008
domingo, 16 de noviembre de 2008
gritos y música
todavía tengo que subir la música
para no escuchar los gritos
ansiosos y absurdos
malumorados, llenos de rabia
todavía tengo que subir la música
bien alta, a todo volumen
notas que me hacen olvidar
otra canción estridente
la música suena fuerte
y la puerta mi barrera
evitando los alaridos
y la mierda que queda fuera
para no escuchar los gritos
ansiosos y absurdos
malumorados, llenos de rabia
todavía tengo que subir la música
bien alta, a todo volumen
notas que me hacen olvidar
otra canción estridente
la música suena fuerte
y la puerta mi barrera
evitando los alaridos
y la mierda que queda fuera
martes, 11 de noviembre de 2008
altanera
presuntuosa y altanera,
se creía luna atrayendo mareas
bucaba la perfección y huía de la mediocridad
apartaba de sí todo aquello que consideraba vulgar
tan segura de un amor hacia ella
que despreció su única oportunidad de ser feliz
y ahora llora, pena y se arrepiente
ahora valora lo que ya ha perdido
ahora llora y no hay vuelta atrás
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