
-Joven ¿qué necesito para ser una princesa?
El chico miró a la extraña sorprendido, y se encontró frente a unos ojos claros, diminutos, y una nariz chata, centrando el paisaje de dos mejillas encendidas...
Él no respondió.
-¿Necesito un castillo?-aventuró la mujer.
Él no respondió.
-¿Necesito un príncipe?-insistió ella.
Él no respondió.
-¿Necesito un tesoro?
Él no respondió. No sabía qué responder.
Los ojos de la mujer se empañaron. En ese instante, el joven tan solo vio sus ojos...
-No necesita nada de eso-terminó diciendo el muchacho-Un castillo lo puede comprar con dinero, un tesoro son sus ojos, y su príncipe podría serlo incluso yo... Lo que necesita para ser una princesa... es volver a sentirse como una niña...