la senda

era una tarde para escribir poemas
caminando de tu mano, sin prisa,
con la brisa acariciándonos la cara
yo mirándote, tú sonriendo
yo melancólica, tú distraído
no hacía frío ni calor,
las flores nacientes nos saludaban
los cisnes bailaban en el lago
los pajaros nos regalaban su canto
la senda nunca acababa
nuestros pasos cada vez más vagos
me paro, te paras, nos besamos
me miras con tus ojos húmedos
y me veo reflejada en ellos
me recuerdas lo mucho que me amas
te sonrío, te beso, te vuelvo sonreír
caminamos de la mano
la senda nunca acababa
tiramos una piedra al lago
el cisne se espanta,
un niño se asusta
y se esconde tras su madre
me río, te ríes,
te suelto la mano y corro
tú también corres
la senda es muy larga
ya no escucho los pájaros ni su dulce canto
solo el ruido de tus deportivas
que ya han alcanzado a mis zapatos
me paras, me miras, me besas
la larga senda ya ha acabado
un beso, pensaré en ti,
otro beso en la mejilla, en los labios.
un beso, una caricia, un adiós...
la larga senda ya ha acabado