El invierno borra a su paso
las huellas de las ilusiones perdidas
convirtiendo en perpetua llama encendida
toda la deshazón y el llanto
La primavera mendiga con flores
que no consiguen brotar sus pétalos
y se cobra víctimas mortales
de las almas errantes de los incautos
El verano llega cargado de regalos
para saciar a los corazones deshauciados
y engañar con su dulce esencia
a la metralla y los bombardeos
El otoño golpea ventanas y puertas
engañando a tontos y a sabios
los conoduce entre fusiles al monte
ofreciéndoles, por la espalda, la muerte
jueves, 4 de junio de 2009
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